5.9.05

Plásticos, desesperación y ganas de vivir a lo cubano

Siempre me han llamado la atención los plásticos transparentes, esos que traslucen cierta parte de tu cuerpo, pero que al mismo tiempo no dejan que se vea en su totalidad. Es la idea de poder mostrar sin la necesidad de ser grosero o insinuantemente molesto. Me considero una chica liberal y me gustaría vestirme con plásticos transparentes en el verano. Mucha transparencia. De hecho nunca me ha gustado usar sostenes y no me importa mucho que se note. Creo que las normas sociales son estúpidas y antiguas, porque vienen del tiempo en que Adán y Eva escaparon del paraíso con unas hojitas de parra que les tapara sus intimidades. Creo que el cuerpo humano es hermoso y no tiene porqué ocultarse con nada. Amo el verano por esa razón, la misma por la que detesto a los machos chilenos que no son capaces de ver un topless sin reprimir esas actitudes salvajes de calentamiento cavernícola, o esas mujeres que se tapan hasta el cuello cuando en otras facetas de su vida son desinhibidas totales. También me apestan esos tipos que son celosos de sus novias porque ellas andan con escotes o mostrándose. Eso sí que es del siglo pasado. Y hay mujeres que les gusta eso. Pues ni modo lo aceptaría yo, aunque dicen que depende de cada pareja. Yo no. Primero está mi libertad, después lo que pase con el resto.
Ahora...está demás decir que ando un poquitito desesperada por la vida. Por mi vida en realidad, porque estoy esperando que pase algo...algo que me tiene tensa...es difícil describirlo. Es como cuando sabes que tienes que esperar hasta cierta hora porque mañana pasará algo que no muchas veces pasa. Y si sabes que el resultado es agradable con mayor razón.
Hoy tenía ganas de comer helados con crema. Mucha crema, que chorreara por mi boca y cada vez se disolvía en mi lengua con mayor rapidez para luego sentir el sabor de la frutilla. Creo que lo mío es el sabor, el tacto y la sensación. Todo es sentir. Siempre ha sido así para mí. Pienso que la percepción es la magia que hace que podamos ver las cosas de otra manera. Por eso estoy ansiosa, porque mañana lo que espero es básicamente un asunto de percepción.
Por mientras me calmo pintando. Ya terminé mi segundo óleo que exhibiré en la otra parte del blog. Es una pareja, pero todavía me faltan los detalles. Necesito que sea algo original y distinto. Bonito...alguna sensación estética y perceptiva que se proyecte en las formas. Me gusta, pero algo tiene que me da cierta sensación de inseguridad. Bueno, dicen que cada artista es lo que pinta pero al mismo tiempo cada obra es un pedazo de la mente de un artista. Creo que esto es una mezcla de los dos.
Y ya me enfermé del invierno, estoy cansada, apestada, aburrida de las escarchas matinales. Necesito sol y tibieza. Verano, sabores, calor, color y vida. Ya viene el 18 de septiembre. Después del 18 la primavera y luego la vida. Para renacer, para sentir formas que estaban dormidas. Y estar más cerca de pequeños momentos de felicidad. Ah!, estoy pensando en estudiar sicología porque me he dado cuenta de la empatía que tengo para con las personas. Me gusta aconsejarlas y no me aburro de escucharlas. Creo ser una persona apta para abrirme a la mente de los otros. Ojalá resulte, aunque por mí estudiaría teatro, mi eterno sueño, pero mientras no me gane el Kino es imposible, pero creo que lo primero sería irme a La Habana y vivir a lo cubano durante un mes. Claro que al estilo de Sex and the city, cosa que dudo funcione en la isla de Fidel, pero soñar es gratis, cosa que a muchos se les ha olvidado. ¿O acaso se olvidaron de lo mucho que queríamos ir a Río?

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