25.7.11

A veces

Imagino que el cemento de las carreteras es mi piel.
Que sus grietas son mis heridas.
Pero no hablo de ripio ni nada parecido.
Hablo de huesos que se ven entre medio de la carne.
Huesos limpios, que sobresalen por la piel rasgada.
Huesos limpios, mientras la piel derrama sangre.
Músculos que apenas se ven, cruzados por mis infinitas arterias.
Así, mi cuerpo desparramado en el todo.
Explotado, nauseabundo.
Olor a sangre.
¡Cómo me gusta!

No hay comentarios.: