18.10.10

Lunes

Me levanté. Abrí la ventana de mi pieza para que me despertara el frío de la mañana. Saqué la mano para tantear la temperatura del aire. Me fui a duchar. Antes de meterme a la ducha, me depilé los brazos y las axilas. Ayer, en el restorán, me dí cuenta que estaban crecidos los vellos. Muy. Y mi madre me miraba con espanto cuando coloqué mis brazos en la cabeza y unos ramitos de pelos oscuros se asomaban. Me puse a jugar con uno de ellos y al final terminó riéndose. Riéndose del asco con el que reaccionó la poca gente que me vio. Así que opté por depilarme hoy en la mañana. Odio la depilación. La detesto. Andaría con todos mis pelos libres como el viento. Pero, como viene el verano y el sudor, es mejor estar pelada. Pelada.
Odio el dolor que implica la depilación. Aunque sea con VEET, que dicen que no duele.
Duele igual, después. La fucking irritación...

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