13.6.09

Esto es amor

Ella: Anoche, cuando apagué la luz ví tu sombra en la oscuridad.
El: ¿Y cómo sucedió eso?
Ella: Un efecto visual creo, provocado por una discreta línea de luz que se metía por la cortina.
El: ¿Y qué hiciste?
Ella: Me levanté y fui hacia tu visión.
El: Tienes bastante imaginación. Una imaginación sórdida, creo.
Ella: No lo pude evitar, simplemente ví tu sombra.
El: Quizás tiene que ver con el hecho que no puedes sacarme de tu mente.
Ella: No ví el sillón, ni la mesa de tocador, ni los cuadros de las paredes. Te ví a tí.
El: A veces también te he visto.
Ella: ¿Dónde?
El: Me sucede de manera extraña. Camino por las calles, en la hora de mayor tránsito, me mezclo entre la multitud, camino a gran velocidad y te haces presente ahí.
Ella: ¿Y después?
El: Desapareces.
Ella: ¿No me buscas?
El: Sigo caminando, a veces doy vuelta la cabeza, pero no estás. Era mi imaginación.
Ella: Anoche también era mi imaginación. Una estúpida imaginación, algo que no tenía sentido. Tú estabas al otro lado de la ciudad, durmiendo plácidamente en tu cama o tomando cerveza con los amigos o bailando con alguien en algún lugar que no conozco.
El: Junta tus labios. Mírame. ¿Es eso lo que sucede?
Ella: Sí.
El: A mí me pasa lo mismo.
Ella: La puerta está abierta y puede cerrarse en cualquier momento.
El: Anoche no estaba en ninguna parte. Estaba en mi cama durmiendo plácidamente.
Ella: Lo sabía.
El: Es eso, es lo inconmensurable de las cosas.
Ella: El insomnio.
El: Sí, el insomnio. El silencio, las dudas.
Ella: Lo inconmensurable de las cosas.
El: Eso que no tiene medida.
Ella: Ni peso, ni forma, ni textura, ni tacto.
El: Es eso. Una simple visión nocturna.
Ella: No estaba dormida, tenía insomnio.
El: Yo dormía plácidamente. En silencio.
Ella: Yo te llamaba.
El: Soñé contigo antes de despertar.

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