25.3.07

Nada de olvidos

Me he portado pésimo, he dejado mi blog en el olvido. De pura flojera, porque podría tener material de sobra para escribir. Tengo material de sobra. El escritor, por esencia, podría deshacer su vida en palabras todos los días. Pero me olvido de eso. Lo dejo atrás por pura tontera, ni siquiera con una mera explicación objetiva.
Y acá estoy, tratando de sobrevivir, sobreviviendo. Viviendo, respirando. Experimentando, creciendo día tras día. Amando, a todos. Esperando. La vida, como espera, es una sala de atención en la salud pública, pero además, una caja de sorpresas. Y qué sorpresas me he llevado. Muchas, en este último tiempo.
Descubrí que puedo ser y sentir. Que tengo mis rabias y mis manías. Que a veces actúo tarde, pero otras reacciono a tiempo. Que soy posesiva con los que quiero, que me gusta que me mimen y que necesito que constantemente me estén poniendo a prueba. Que el mundo es difícil y la vida también. Que todo gira y se devuelve en la justa medida. Que no toda la gente te quiere y que eso es así porque nadie está obligado a sentir un afecto por nadie.
Ha llegado el otoño y los días son cortos. Me carga que se oscurezca temprano y que el frío comience con la ida del sol. No me gustan los días helados, tampoco el invierno ni la oscuridad. Me gusta lo templado y mi vida con templanza. Aunque me gustarían algunas aventuras de vez en cuando. Algo de adrenalina. Escaparme, escapar, huir con alguien y después que todo siguiera tal cual.
Y me dí cuenta que él sigue siendo mi amor platónico. Uf, si supiera. Pero es mejor mantener la boca cerrada. Y Míster Big, que continúa merodeando por ahí, que por favor dé una señal de vida. Aunque eso implique complicarle la conciencia. Asumo mi culpabilidad.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Andreíta: Kómo tai?
Necesito tu correo-e! Tengo que preguntarte algo!!! danisa.katze@gmail.com