8.11.09

Elipse de luz

Estoy acá en medio de un vendaval de viento de noviembre que me ahoga he decidido olvidarme de puntos y comas no pondré nada entre una palabra y otra será una confesión desconfesionada silencios que van y vienen como una rutina de la noche una ruina de la noche un tiempo nocturno no controlado como si fueran todos los tiempos en uno y a la vez ningún tiempo en ninguna parte nada de abruptos ruidos ni incómodos silencios sólo eso lo que va y viene de una manera u otra como una relación desesperada de locura e intimidad a la vez y yo subiéndome en una elipse que aparece de pronto y la elipse me lleva y me lleva hacia el centro, me lleva me subyuga me atrapa me conmueve me desarma me destruye me todo eso es lo que sucede he desligádome de mi centro separádome de él sin piedad no tengo centro dentro de mí todo lo que sucede es lo que se evade de mi centro que a veces está y otras veces no como la destitución de lo que no suele ser la negación de mí de lo positivo de mí la desconexión de mí y veo como debo escribir borrar y escribir otra vez así como que no quiere la cosa como que la cosa no funciona como que la cosa es de otra cosa de otra materia una materia que no soy yo que soy yo pero que a la vez no lo soy algo inútil útil y estrafalario una no necesidad de nada y de todo lo que acontece en el mundo a la vez algo que nadie entiende algo que nadie sabe sólo yo conciencia de mí no conciencia de mí desolación y milagros desentendimiento de lo falso que acontece y no acontece de lo que sucede y no sucede de lo que resulta ser sólo el gran misterio de la vida y las inconsciencias de lo acontecido y lo acontecido siendo resultado de mi propio calendario de mi propia menstruación periódicamente chorreada y chirriada por mis piernas por mis calambres mis decisiones mis constelaciones mis enredos desenredados en la base de mis movimientos actuales sexuales cerebrales hemorroidales pectorales vaginales de los sudados de cuanto en mí existe y se mueve.

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