3.10.09

Yo

Digo ahora, bendita sea mi sordera, benditos sean mis audífonos, que me ciegan al ruido y me hacen escuchar el enmarañado tejido de mi cerebro. Túneles inexplorados, que descubro con voces certeras y me hacen arder entera por el poder de lo que hago, de lo que siento, de lo que percibo, de lo que desentraño dentro de mi enorme madeja dentro de mí.

No hay comentarios.: