Más creo en las pasiones. Esas sí que no mueren cuando hay acuerdos de química de por medio. Y la piel, que puede llegar a fulminar a dos, es algo que realmente importa. Hace tiempo me dijeron que el sexo no es lo más importante en una pareja, pero hoy digo que sí, que es un pilar que sostiene todo, incluso el peso de relaciones que podrían no funcionar de manera convencional. Espero que todo esto sea algo con validez para algunos de los que me leen.
No soy una decepcionada de Cupido, al contrario, creo que soy demasiado exótica para ser entendida por el común de los hombres. E inteligente. Y un tanto fallada de la mente. Pero me considero demasiado normal. Tanto, que sé que podría pasar desapercibida por la calle (cosa que ocurre a diario), pero no sé a qué nivel.
Hay relaciones que funcionan y otras que no. Hay relaciones que vienen de vidas pasadas. Hay otras que no vienen de ninguna parte. Hay algunas que simplemente no funcionan. Hay varias que se sustentan en el Kamasutra. Y por Dios que es difìcil cumplir los preceptos de ese libro, creo que hay que tener una docilidad única. Terminé viendo las imágenes de cabeza.
Aún así, creo que para tirar hay que sentir. O sino todo se transforma en un intercambio de fluídos, más que de emociones y encuentros íntimos. No me gustan los intercambios de fluídos, pero si la pasión, ese desgarrarse por el otro que no siempre se da con cualquiera. Y ni siquiera es Brad Pitt, pero me conmueve profundamente. Es difícil hallar algo así en la vida. Creo que en eso se sustenta mi miedo a la pérdida. Específicamente con ese ser.
Espero que el destino no me lo quite de mi lado. Aún así ayer mandé una patética tarjeta del Día del Amor. Tiene que ver con lo que uno siente, aunque no lo diga. Un tiempo lo dije y esas cosas no funcionan, desgastan. ¿Para qué?, si existen otras formas de decirlo.
Alabado sea el erotismo. Larga vida a la piel.
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