16.3.11

Lady Sekhmet

Está Lady Macbeth sangrienta y malévola como ella sola. Yo, anoche, me transformé en Lady Sekhmet y renuncié al amor de mi vida. Con rabia, sacando los dientes, imaginando sangre que corría por mi boca. Rabia, porque sé que él podría haber hecho mil cosas para que todo estuviera bien entre nosotros y, a diferencia de eso, hizo todo mal. Hizo todo al revés. Ahora pienso, calmadamente, que quizás su actitud fue fría en conciencia para hacer que yo me alejara de él. Y eso que me ama y me desea. Pero ya me dijo que no quería estar conmigo. Que prefería a su esposa, sus hijos, su conformidad social, su buena imagen ante el qué dirán. Y lo remató en Facebook. Entonces ahí decidí que tenía que dejarlo ir. No sé si vuelva, lo más probable es que en este momento me odie o no quiera saber nada de mí. No importa, quizás su amor sí es verdadero, pero yo me agoté, me cansé, mandé todo a la mierda, porque ya no más. Así como saqué a Jaime Lorca de mi vida, luego del abuso que cometió conmigo, pude sacarlo a él de una forma violenta. Sin conversar, sin despedirse, con un simple mail que sé que no va a contestar nunca. El que calla otorga, es lo que dicen y si no hay respuesta, es porque sé que lo que pienso y lo que siento adentro, en la intuición, es verdadero. Pero ya no hay nada más que hacer. Lo hice todo. Y él se quedó con una mujer muy normal, común, low profile...la madre de sus hijos, alguien que piensa como él, que tiene su misma estructura mental, cosa totalmente diferente entre él y yo. Ahora, porque antes, cuando yo lo conocí, pensábamos de la misma manera. Quizás ahora vaya a la Iglesia y se golpee el pecho, o va a sesiones de terapia donde le recomiendan que deje a la amante porque no le conviene para la estabilidad de su vida, su inseguridad y varias otras cosas. Bueno, nada que hacer, yo siempre supe que él era para mí, y me lo dijeron varias personas también. Personas muy distintas entre sí. "El la ama", "él la tiene en el corazón y en la cabeza". Esta ruptura es necesaria. Todo va y viene, pero yo no haré nada más. Ya dí todo, solté la esponja, me saqué la polera, dejé todo en el fuego y envuelto en sangre. Nada más que hacer. Seguir adelante, caminar por la vida, disfrutar los nuevos comienzos. Si él vuelve y no es demasiado tarde, quizás me encuentre, pero como dicen por ahí, el que quiere celeste, que le cueste. Ahora soy leona de tomo y lomo, con mis dientes más afilados que nunca. La sangre ha quedado en la tierra. Y se esparce por la Pachamama como por las venas de mi cuerpo.
PD: Sé que vas a leer esto más tarde que nunca. Porque sé que me lees. Espero que sirva de algo lo que acá cuento. Es simple. La decisión. Tomar una decisión. El resto se arregla solo, como las piezas del puzzle.

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