Me gustaría actuar en una película de Tarantino. Con mucha sangre y violencia, pero esa violencia del alma, donde se derrama sangre por los ojos y los latidos del corazón se vuelven de barro ante las balas de metal. Se llamaría Asesinos, perros y amor. Nada de amores perros. Se trataría de dos amantes que compran un par de cachorros chow chow a la salida de la carretera. Van en una citrola del 78. Ellos se aman, pero son amantes. Cada uno lleva una pistola y una cámara digital. Todo lo que hacen lo tienen registrado. El título de la película se lo dedicaría a Christina y Los Subterráneos...porque es un cambio de orden sintáctico de una frase que está en una canción de uno de sus primeros discos. Eran lindas las canciones de Christina cuando eras una chica rebelde y abstraída del mundo. Los asesinatos se harían de acuerdo con los ladridos de los perros. Ellos reconocen a la gente mala. Tienen ese sexto sentido que convierte a un abuelito en un ser detestable. O a una mujer en una víbora absorbente de sangre coagulada. esas y muchas otras cosas son las que conoces cuando sabes que matar no tiene que ver con herir, sino con eliminar. Eliminaría a mucha gente de esta tierra. Quizás quedarían vivos los que realmente podrían ser inmortales si tuvieran súper poderes. Aunque suene freak y sea estúpidamente imposible.
Todo lo bello puede ser estúpidamente imposible. Como una flor aplastada por el sol. Vieras como se iluminaba e irradiaba energía de sus pétalos antes de consumirse. Toda belleza de una forma u otra da paso a la muerte. Vivir y gozar para renacer desde una tumba.
Es obvio que los protagonistas de mi película mueren. Y el resto no se los puedo contar.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario