
Al parecer hay cosas raras que están sucediendo últimamente. No es que sea algo del año en sí, pero te empiezas a dar cuenta que hay cierta gente que no cambia con el resto, pero contigo sí a pesar de todo lo que los haya involucrado alguna vez. Son ciertas actitudes, modos o enterarte de cosas que no eran un secreto, pero que todo el mundo sabe menos tú. Y eso que no hay nada malo en ello, pero es el hecho, las inconformidades que el resto puede tener contigo a pesar de. Bueno, esperemos que sea sólo una mala racha.
Aunque aparentemente el tema no tenga nada que ver, hay otra cosa que me molesta, que tiene que ver con las máscaras. ¿Las han visto? Las máscaras ocultan la verdadera identidad de personas que no quieren mostrar su rostro real. Hay mucha gente que es adicta a las máscaras. Y en mi entorno he visto a más de alguna. No es pecado sentirse mal ni querer aceptar las cosas como son, aunque una muy distinta es aparentar lo que no se siente, hacer creerle al resto que estás bien, pese a que sabes que nada está bien, que hay ciertas cosas que te molestan o te apenan. Nadie vive en el mundo de Bilz y Pap. Nadie. Y por eso que considero poco sano el uso de las máscaras. Aunque día a día me doy cuenta que la gente prefiere vivir de las apariencias antes que asumir la verdad de lo que le pasa.
Y al final no pasó nada con el teatro, así que sigo buscando opciones. Es tan complicado. Al parecer la vida pone obstáculos para probar al ser humano en los tiempos difíciles. Y no es nada de fácil enfrentarlos. Creo que lo mejor será seguir caminando hacia adelante. Sin mirar atrás. Es lo mejor.
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